Por Lucía Cavallero y Rosario Castelli *

Los días 8, 9 y 10 de marzo se realiza la Primera Muestra de Arte Pospornográfico en Buenos Aires, en un espacio cedido por el INCAA, con cobertura mediática a nivel nacional. Esto conlleva un gran potencial que debemos aprovechar para expresar nuestra disidencia con respecto a las estructuras que rigen la sexualidad y construir alternativas.

¿Cómo politizamos esta experiencia artística? ¿Alcanza únicamente con el cuestionamiento del régimen de (hetero) sexualidad hegemónico? ¿A qué o a quiénes termina siendo funcional una problematización de la sexualidad que no cuestione el orden social en todas sus dimensiones?

Leemos hoy una nota sobre posporno y es la misma nota que hace 3 años, citando a l*s mism*s autor*s, europe*s y estadounidenses, blanc*s, de clase media alta, con sus prácticas pretenciosamente subversivas y novedosas, que compramos (en euros) como originales cuando ya se hacían en los 70’s. Pensamos, por ejemplo, en sacarse poesías de la vagina, en reivindicar la sangre menstrual, en los dildos ya presentes en cortos porno de 1920, ¿De qué forma hoy estas prácticas artísticas pueden ser subversivas? ¿Se puede pensar el posporno como un mero producto artístico?

Y decimos: estamos en Latinoamérica, ¿Cómo vamos a dar cuenta de nuestra ubicación geográfica e histórica en nuestras prácticas artísticas y políticas? De seguro no será deificando referentes cuyas producciones artístico-políticas obedecen a una visión eurocentrista.

¿Cómo construir, por medio de la pospornografía, alternativas críticas a la mercantilización capitalista del sexo? ¿Cómo salimos de la lógica del autoconsumo, para pasar a intervenir y transformar de forma colectiva nuestras prácticas sexo-políticas?

Pensar un posporno situado implica no solo problematizar y descolonizar los contenidos, sino también los formatos, los espacios de circulación, la difusión, l*s autores reverenciad*s, las formas de intervenir el espacio público, la relación entre artistas, obras y espectador*es, el público al que queremos interpelar, en una frase: la relación entre sexualidades, arte y política.

Es así que uno de los principales cuestionamientos que le hacemos al posporno en América Latina es que no se plantea como proyecto político descolonizador. Es decir, un proyecto geopolíticamente situado en Latinoamérica, comprometido, que apunte a cuestionar y subvertir las opresiones no solo de sexo y género, sino también las de clase, raza, etnia,  nacionalidad, etc.

Sin ir más lejos, el mismo barrio de Constitución donde transcurre esta muestra, es una de las zonas donde más impunemente opera la mercantilización de los cuerpos, no solo a través de la prostitución y de las redes de trata, sino también a través de la precarización y explotación laboral. Un barrio donde las fuerzas represivas del Estado desalojan a l*s ya excluid*s del sistema, donde se persigue y se violenta a travestis, a mujeres, a cuerpos otr*s. El punto no es estigmatizar el barrio de Constitución, sino pensarnos como parte de una sociedad racista, indiferente a la desigualdad social y a partir de esto reconocer los lugares de privilegio desde los cuales nos estamos expresando.

Es en ese sentido que no podemos afirmar que subvertimos algo del sistema mundo cuestionando únicamente el régimen de la heteronormatividad. Un posporno que no se proponga también autónomo, anticapitalista, antirracista, descolonial y transfeminista, termina siendo otro producto más para ser consumido, reproductor de la jerarquización de los cuerpos, cómplice de nuestras múltiples opresiones, vaciado del sentido político que alguna vez lo gestó.

Finalmente nnnnos  preguntamos: ¿De qué manera vamos a conectar esta experiencia artística que se pretende política, con las problemáticas concretas que produce el mismo régimen capitalista heteropatriarcal y racista que se sostiene por el control y la jerarquización de los cuerpos y de las sexualidades?

*      Lucía Cavallero. Activista latinoameriqueer, torta, feminista, artista en potencia, confundida, estudiante de sociología y ex delegada sindical.

*      Rosario Castelli. Activista feminista ch’ixi, torta, antropóloga, miembra del GLEFAS, de Antroposex y del Bachillerato Popular Trans “Mocha Celis”.

Un comentario »

  1. gisela gonzalez dice:

    tienen que poner un link de contacto, tienen que venir a Paraná con esta muestra, entere cuando la hicieron en Buenos Aires y no paro de buscar información, es genial me encanta todo lo que plantea, soy parte de una agrupacion de mujeres Aquelarre Paraná y nos encantaria que vinieran con esta muestra o saber que necesitarían algún contacto con algún museo o centro cultural, desde aca estamos dispuesta en ayudar en lo que sea necesario.

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